martes, 27 de octubre de 2009

Un repaso de la mejor historia de la radio argentina.


Por Sergio Kisielewsky

El Mundo, La Radio
Martín Berrade
Corregidor
158 páginas


El 29 de noviembre de 1935 se crea LR1 Radio El Mundo, inaugurando una nueva forma de comunicación entre el éter y el gran público. Con la presencia de grandes directores de orquestas de tango en vivo, la puntualidad rigurosa en el inicio de los programas y el éxito que otorgaba la presencia de actores y locutores de gran profesionalismo, su creación fue un paso gigantesco en nuestro medio radiofónico. Con ciclos como Los Pérez García, escrito por Oscar Luis Massa; Glostora Tango Club, Radio El Mundo llegó a tener siete estudios de grabación y aptos para recitales de gran convocatoria y cada director artístico se asemejaba a lo que hoy puede ser el DT de la Selección Nacional de fútbol. Cabe destacar que uno de los que llevó adelante este emprendimiento fue el mismísimo Armando Discépolo. En la plantilla había en ese entonces algunos jóvenes que “prometían”: Antonio Carrizo, Cacho Fontana, Armando Rolón y Hugo Guerrero Martinheiz. En diversas épocas y cada uno con su estilo, dejarían una huella imperecedera. Es el mismo Rolón quien afirmó que “la radio fue sorprendente, sobre todo por su belleza artística, desde su puerta giratoria hasta sus zonas más recónditas, su cuerpo de locutores y su staff de redactores y escritores”.

Músicos y cantantes como Aníbal Troilo o Nelly Omar se daban cita convocando a grandes multitudes, obligando a que el tránsito se corte en el microcentro a causa de tanto fervor. Figuras de la música clásica como Juan Abizu (“el tenor de la voz de seda”), los violinistas Yehudi Menuhin y Jasha Heifetz se alternaban con intérpretes del jazz creando una épica difícil de igualar si se pasa revista a la historia de la radio. Nano Herrera fue a ver a Dizzi Gillespie en 1956. Por su parte Nat King Cole se tuvo que ir por la terraza por la cantidad de gente que lo fue a ovacionar. Los ejemplos son muchos y variados, en especial las visitas de Orson Welles en 1942 y Edith Piaf en 1957.

Martín Berrade (licenciado en comunicación audiovisual y él también hombre de radio) pasa revista en forma cronológica por los cambios que atravesó la radio y en especial su metamorfosis a partir de la irrupción de la TV en 1951.

Si grandes intérpretes de los diversos género musicales jalonaron dicho medio de comunicación no fue menos importante la difusión del radioteatro en la emisora de Maipú 555. Basado en novelas populares, el género en el que descolló Alberto Migré, sus textos fueron interpretados por artistas de la talla de Julia Sandoval, Jorge Salcedo, Hilda Bernard, Eduardo Rudy, Beatriz Taibo, Atilio Marinelli y Alfredo Alcón.

Oyentes que eran premiados al enviar noticias, acaparando por momentos el 82 por ciento de la audiencia, LR1 fue un semillero de formación profesional y cultural; las locutoras tenían su camarín y el gran público un día antes retiraba su entrada en forma gratuita para ver a su artista predilecto. Berrade explora en detalle no exento de emoción cómo El Mundo influenciaba en el vocabulario del porteño, en los hábitos y cambios en el lenguaje. La radio no sólo no pasaba desapercibida sino que creaba sus propias líneas y círculos de sentido. La censura de sucesivas dictaduras contribuyeron al decaimiento de lo que supo ser un faro en el modo de encarar el oficio radial. Quizás, el más cercano a crear un vínculo intenso, palpable, un puente sólido a base de ilusión.

La magia y el misterio de "Radio El Mundo", plasmados en un libro.


El Mundo, La Radio de Martín Berrade, fue presentado en el Auditorio de la Fundación OSDE de Tandil el pasado viernes 23 de octubre por la tarde.

Tandil Diario dialogó con su autor Martín Berrade en principio explicó las razones por las cuales a Radio el Mundo se la consideraba la BBC argentina: “fue construida en el año 1935, funcionaba en un edificio que está en pié todavía en la calle Maipú 555 en pleno centro porteño, que era una réplica de la BBC de Londres, la radio pública de los ingleses. En un tiempo -década del 30´, imagínense- la radio ya había hechos sus primeras pruebas en todo el mundo en la década del 20´, ya se estaba afianzando como el gran medio para llegar y comunicar los mensajes artísticos, periodísticos hacia las familias. En EE.UU., en Europa, apostaron muy seriamente las grandes corporaciones y entonces toman esa referencia particularmente de lo que habían hecho en la radio pública los ingleses, toman la referencia de la BBC, los dueños de Radio El Mundo que eran unos ingleses que vivían en la Argentina que tenían por ese tiempo el diario más leído, que era el diario El Mundo. Tenían mucha plata y los tipos dicen: vamos a empezar nuestra radio con todo para competirle a Radio Belgrano y a Radio Splendid que ya estaban en el aire y que eran un verdadero furor. Por ahí empieza esta semejanza entre Radio El Mundo de Buenos Aires, y la BBC de Londres.”

En relación a las formas disímiles de hacer radio ayer y hoy, Berrade considera que “hoy por hoy creo hay programas de interés general, programas periodísticos duros de mucha actualidad, pocos programas musicales, en la radio AM falta música, hay muy pocos segmentos dedicados a la difusión musical y programas deportivos. Y ahí se terminan los géneros. En ese tiempo entre las décadas del 30´ y del 60´ los programas tenían muchos artistas en vivo, había radioteatros, había comedias familiares, muchos recordarán a Los Pérez García y sus largas temporadas en Radio El Mundo. Había programas de difusión musical, se pasaban discos. Pero la radio tenía auditórium, era como un teatro, la gente pasaba libremente para ver a sus artistas favoritos. Entonces ahí tenían shows de folklore, de tango, las grandes orquestas típicas, de jazz, figuras internacionales, segmentos informativos. Pero la noticia estaba en un segundo plano. Lo que más escuchaba la gente eran los programas musicales, las comedias y los radioteatros. Por eso se habla de una radio show, protagonizada por artistas. A Antonio Carrizo, que trabajó en Radio El Mundo y llegó a ser uno de los directores artísticos en la década del 50´, le gusta denominar a esa época de la radio como radio espectáculo. Cacho Fontana también la denomina así. Hasta que en la década del 60´ entró con mucha fuerza el disco desplazando a las orquestas en vivo. Entró el magazine o programa de interés general y se fueron desplazando los programas artísticos.”

Finalmente, el autor comenta que "fue difícil la labor investigativa, “del 30´, 40´ y 50´ hay muy poco porque a Radio El Mundo empezó a manejarla el estado en la época de Perón. Pasó a manos de testaferros, encubiertamente el poder político ya se metía en todas las radios en Argentina, particularmente en Buenos Aires. ¿Qué tenían que ver los militares con la radio? Lo que se grababa lo descuidaban, se mandaban grabaciones a los sótanos con humedad, entonces quedó muy poco registro. Después a comienzos de la década del 70´ hubo un incendio muy grande en el que murieron dos periodistas. Se quemó muchísimo. Después se robó mucho. En el Archivo General de la Nación hay muy poco material. Archivos de audio apenas tienen un par de coleccionistas. Fue bastante difícil reconstruir esta historia. Me dieron una mano muy grande locutores, operadores técnicos, libretistas, actores, músicos.”

Tandil Diario